.el abc de la estupidez (publicado el 1º de marzo del 2016) es un texto sumamente inútil e inservible. Podría no existir y eso no afectaría el curso de la historia humana; o bien, podría sí existir y eso afectaría mucho menos. Como hablara Joaquín Mortiz del libro Movimiento perpetuo de Augusto Monterroso, éste es “uno de los pocos libros declaradamente prescindibles de todos los tiempos”.

Puede leer y descargar el texto totalmente gratis en el siguiente link: .el abc de la estupidez

P L A G I O S es el texto que sucede a .el abc de la estupidez y fue publicado el 29 de septiembre del año 128 d. H. (después de Hitler). Este texto es un himno, un homenaje, a los grandes autores pilares tanto de mi lectura ―y, por consiguiente, de mi escritura― como de mi ideología literaria. ¡Gloria y loor a mis maestros! Aunque no estoy a la altura de tan brillantes hombres, siempre puedo rendirles tributo y gratificación. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que un gran cínico y descarado plagio?

Lea, descargue y plagie este texto en el siguiente link: P L A G I O S

HuMoRaLeJaS . . .(publicado en 2018) está más bueno, aunque también más inútil y menos simple. Este texto da evidencia del talento evolutivo humano para hacer complejas maravillas a partir de los absurdos más huecos. Si ya leyó los dos primeros libros, no lea éste; si no los ha leído, tampoco.

Link para leer y descargar el texto (aunque siempre puede ignorarlo a voluntad): HuMoRaLeJaS

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December 27, 2018

Haciendo el más peor

(Clasificación A // Rated A)


If I were a good person, I wouldn’t be doing the job I do.
Graham Norton

La gente buena dice que no hay un día mejor que otro para hacer el mal. Dicen que el mal es malo cualquier día, y que el mal hace mal sin grado alguno, es decir, que el mal no puede ser peor.
            Por fortuna, la gente mala no está de acuerdo. Ellos dicen que, así como se puede hacer el mal, también se puede hacer el peor y (¿por qué no?) también el más peor. Además, dicen que el mal sí se puede hacer cualquier día, pero que el peor requiere de días especiales.
            El secreto está en averiguar qué día es especial para la víctima. Claro que hay algunos muy comunes como, por ejemplo, el primero de enero; ráyales el carro nuevo, arruinarles así el año a tus vecinos es delicioso. También puedes asaltar a unos recién casados el día de su boda después de la fiesta camino al hotel para su luna de miel; a él lo golpeas y a ella la violas en el día más feliz de sus vidas. Róbate al santísimo el día de la adoración nocturna. Engaña a tu marido el día de su cumpleaños. Provoca un apagón el día del super bowl. Sube el precio de los juguetes el cinco de enero.
            Los escritores podemos hacer el mal: componiendo un best seller, repitiendo pobremente lo que otro dijo en sublime forma, publicando un muy buen libro que no le sirva a nadie para nada, poniendo  en  venta  tus  libros,   haciendo  pequeños  cambios  para  la segunda edición de tu obra. Pero también podemos hacer el peor: caligrafiando tu nombre al final de la página el día que terminas de escribir tu obra maestra, pidiéndole a tu editor que hable por ti el día de la presentación en público de tu libro, autografiando los ejemplares que compran tus lectores el día que visitas la librería. Y podemos hacer el más peor así nomás, simplemente, escribiendo sin leer.


December 13, 2018

Tertulia navideña - preposada literaria

(Clasificación A // Rated A)


¿Cuándo?
Viernes 14, diciembre 2018
7:30 pm

¿Dónde?
Elementario Centro Cultural
Jardín Colón #8, Colonia Centro
Pachuca de Soto, Hidalgo


Pueden visitar el sitio oficial de Editorial Elementum:


December 05, 2018

Juanita // Little Jenny

(Clasificación A // Rated A)


Juanita y su padre vivían solos. Él era el único carpintero del pueblo y ella era su única hija. Vivían tranquilos armoniosos amorosos. Parecían no necesitar al mundo. De lunes a sábado, ella a la escuela y él al taller. Trabajo y estudio por seis días con recompensa de veinticuatro horas. El domingo era el día sagrado, el día de padre e hija. Nada, ¡nunca!, se interponía un domingo entre el padre y su hija; nada era más importante que su mutua compañía dominical.
            Un sábado por la noche, él cayó dormido en el sofá reclinable que tenía junto a la radio. Estaba tan cansado que ya era domingo al mediodía y él aún no despertaba. Juanita, por no permitir que nada arruinara su día con su padre, cerró los ojos y echó a dormir para unírsele en una aventura onírica. Eran las 3:40 de la tarde cuando él despertó. Su hija yacía a sus piés, sin pulso, sin respiración. Ahora no hay carpintero en el pueblo.

                                                                       

Little Jenny was a cute black haired eight-year old girl who lived alone with her father at a small town near the Arareco Lake. Despite she lived alone with her father, she had a calm but happy life; truly, she needed nothing more than her father. He, the only carpenter of the town, worked twelve hours a day from Monday to Friday, frequently, on Saturdays likewise. Consequently, the seventh day was sacred for both of them. Every week, after going to the church, they spent some time together: sometimes by going fishing, some others by staying at home painting or baking pancakes. Whatever they would do, she waited anxiously for it; that was Jenny’s favourite day of all.
            One day, he refused to go to the church. First, Jenny smiled due to the great plans she thought they may had so there was no time to masses. Nevertheless, he did not wake up from the sofa in the middle of the living room. She stood hours staring at him without pronouncing a word, thinking he would suddenly say or do something unexpectedly amazing.
            There was nothing to worry about. Whether little Jenny knew her dad’s business or not, she knew he had no debts, no neighbourhood problems, no enemies, no financial stress; there was nothing indeed for him to worry about nor for her daughter neither. Contrariwise to her wishes, she decided to not disturbing him. She never thought something was wrong; she had no reasons to think on that. Conversely, she supposed he just wanted to rest.
            After spending three hours sat by his side, she fell asleep.
            When Jenny’s daddy finally woke up, he felt revitalized. There had been a tiring labour the day before at the workshop. Anyway, it was now father and daughter time. He saw her little Jenny laying benumbed in the floor, unconscious but smiling. As they both, father and daughter, were extremely happy alone together, she believed he had died in that sofa at the middle of the living room; that was his last adventure, and she decided to live that experience with him by closing her eyes and free her soul.