.el abc de la estupidez (publicado el 1º de marzo del 2016) es un texto sumamente inútil e inservible. Podría no existir y eso no afectaría el curso de la historia humana; o bien, podría sí existir y eso afectaría mucho menos. Como hablara Joaquín Mortiz del libro Movimiento perpetuo de Augusto Monterroso, éste es “uno de los pocos libros declaradamente prescindibles de todos los tiempos”.

Puede leer y descargar el texto totalmente gratis en el siguiente link: .el abc de la estupidez

P L A G I O S es el texto que sucede a .el abc de la estupidez y fue publicado el 29 de septiembre del año 128 d. H. (después de Hitler). Este texto es un himno, un homenaje, a los grandes autores pilares tanto de mi lectura ―y, por consiguiente, de mi escritura― como de mi ideología literaria. ¡Gloria y loor a mis maestros! Aunque no estoy a la altura de tan brillantes hombres, siempre puedo rendirles tributo y gratificación. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que un gran cínico y descarado plagio?

Lea, descargue y plagie este texto en el siguiente link: P L A G I O S

HuMoRaLeJaS . . .(publicado en 2018) está más bueno, aunque también más inútil y menos simple. Este texto da evidencia del talento evolutivo humano para hacer complejas maravillas a partir de los absurdos más huecos. Si ya leyó los dos primeros libros, no lea éste; si no los ha leído, tampoco.

Link para leer y descargar el texto (aunque siempre puede ignorarlo a voluntad): HuMoRaLeJaS

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April 30, 2019

Recomendando ando

(Clasificación A // Rated A)


Dedicatoria
Cristina Peri Rossi

La literatura nos separó:
todo lo que supe de ti
lo aprendí en los libros
y a lo que faltaba,
yo le puse palabras.

                                                                       

La yegua lírica
Óscar Alfaro

Una yegua dactilógrafa
va escribiendo a cuatro patas
en la cinta del camino
una carta sin palabras.

                                                                       

Del otro lado
Lorenzo Partida

He decidido irme
a los bosques o jardines:
allá, donde todavía los pájaros cantan,

o quizá más allá,
donde los niños aún
alaban al sol…

para feliz declamarles
un poema.

Lo haré.

                                                                       

El vómito del amanecer
Paulina Dávila Velázquez

¿Quieres desnudar tu pensamiento?
¿Harto del golpe bajo de la institución?
Saber que más allá del seno está una fuente de vida mayor.
Conocerte, ensimismarte.
Quédate callado pero habla con tu cuerpo,
mastica otro libro, digiere en crítica, libérate del tedio.

Te dijeron: activa mente y cuerpo.
Pues saca tus huesos del clóset,
cose la lengua a tu rostro,
muestra tus cicatrices y deja que se sequen al sol,
siembra sobre tu piel,
aprende a beber de una copa vacía.

Sano juicio, gusano huraño,
hombre sin esperanza,
mujer infértil;
cállate si no posees silencio.
Trabaja con manos y labios,
Trabaja con seso y con sangre.
Arriesga tus pecados al público.
¿Aún tienes algo que arriesgar que no te haya sido arrebatado?
Vomita o llora, lamenta o grita, corre, suda, no bebas alcohol.
¿Aún te queda aliento o vives detrás del miedo?

                                                                       

De plano
Efraín Huerta

No hay
Peor
Poesía
Que la
Que no se
Hace

                                                                       

Corazón Coraza
Mario Benedetti

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no

                                                                       

Onix
José Juan Tablada

Torvo fraile del templo solitario
que al fulgor de nocturno lampadario
o a la pálida luz de las auroras
desgranas de tus culpas el rosario,
¡yo quisiera llorar como tú lloras!

Porque la fe en mi pecho solitario
se extinguió como el turbio lampadario
entre la roja luz de las auroras,
y mi vida es un fúnebre rosario
más triste que las lágrimas que lloras.

Casto amador de pálida hermosura
o torpe amante de sensual impura
que vas, novio feliz o esclavo ciego,
llena el alma de amor o de amargura.
¡Yo quisiera abrasarme con tu fuego!

Porque no me seduce la hermosura,
ni el casto amor ni la pasión impura;
porque en mi corazón dormido y ciego,
ha pasado un gran soplo de amargura.
que también pudo ser lluvia de fuego.

¡Oh guerrero de lírica memoria
que al asir el laurel de la victoria,
caíste en tierra con el pecho abierto
para vivir la vida de la gloria,
¡Yo quisiera morir como tú has muerto!

Porque al templo sin luz de mi memoria,
sus escudos triunfales la victoria
no ha llegado a colgar, porque no ha abierto
el relámpago de oro de la gloria
mi corazón oscurecido y muerto.

Fraile, amante, guerrero, yo quisiera
saber qué oscuro advenimiento espera
el anhelo infinito de mi alma
si de mi vida en la tediosa calma
no hay un dios, ni un amor, ni una bandera.

                                                                       

Despecho
Anotnio Plaza

         I
Arcanidad terrible de la vida,
destino lleno de rigor sin nombre,
infancia entre las sombras escondida,
aprieta sin piedad, que das en Hombre.

No esperes con tu golpe furibundo
avasallar mi soberano aliento;
es grande mi tormento como el mundo
pero el alma es mayor que mi tormento.

Y siempre aquí, con arrogante calma,
de tus rencores la sin par fiereza
afronto audaz, que la grandeza de alma,
aunque pequeño soy, es mi grandeza.

Nunca al poder ni al oro me arrodillo,
y aunque me agobie padecer tirano
me muero de hambre pero no me humillo...
seré cadáver, pero no gusano.

Bien, alma, ¡bien! Porque jamás te humillas...
eres inmensa en tu sufrir constante.
¡No mendigues la gloria de rodillas,
conquístala de pie, mártir gigante!

Nací juguete de la vil fortuna
y me acompañan en fatal camino
la negra sombra que bañó mi cuna,
la negra mano que marcó mi sino.

A la luz de brillantes ilusiones
de la horrible verdad vi los arcanos,
y fue mi alma festín de las pasiones
como el cuerpo es festín de los gusanos;

lloré por la esperanza asesinada,
pero tanto creció mi desventura
que traduje en sonora carcajada
la suprema expresión de la amargura.

Al fin, cansado de mortal quebranto,
adopté el estoicismo por divisa;
tanto lloré que se agotó mi llanto,
tanto reí que se acabó mi risa.

Sin fe, sin juventud, la despreciada
vida infeliz indiferente rueda...
con mi última ilusión evaporada
¿qué me queda en el mundo? ¿Qué me queda?

Ya no tengo sonrisa ni gemido;
ni amo, ni aborrezco, ni ambiciono,
que en indolencia criminal sumido
hasta mi propio espíritu abandono.

Hora tras hora solitario pierdo
envuelto en bruma de oriental pereza;
es mi goce sufrir con el recuerdo
entregado al placer de la tristeza.

Pláceme abrir heridas mal cerradas,
contemplando a la espalda de los años,
ilusiones de fuego, sepultadas
en la nieve de horribles desengaños.

         II
También un tiempo, ¡ay de mí!,
tras de fantasmas risueños
desatinado corrí;
porque la razón perdí
entre marañas de sueños.

Lindo germen de ilusión,
de mi espíritu gastado
engendró loca pasión,
soñó con la redención
mi frente de condenado.

En mi desencanto amé
creyendo que no creía,
y más desencanto hallé.
¡Imbécil! ¿Por qué soñé
cuando soñar no debía?

Amé a una mujer como ama
quien amar no cree... su llanto
alzó en mi ser una llama
como alza fosfórea flama
la lluvia en el camposanto.

Pero, ¡ay!, de aquellas historias
sólo guarda el corazón
recuerdos de muertas glorias,
memorias, sólo memorias son.

Porque mis sueños huyeron
y mis amores volaron,
mis esperanzas murieron
y los placeres que fueron
luto en el alma dejaron.

Hoy en negra decepción
los desprecios y el cariño
para mí los mismo son;
en lugar de corazón
llevo el cadáver de un niño.

         III
De luz imposible mi cráneo era foco
de luz imposible mis sueños vestí;
pero, ¡ay!, que mis sueños febriles de loco
en mares de sombra perdiéronse al fin.

El alma la vida apenas soporta,
la paz de las tumbas del alma es la paz;
yo soy un pasado que a nadie le importa,
yo soy en la tierra cadáver social.

¡Guay del que vegeta con sueños despierto!
Dormirse soñando es muerto vivir.
Yo vivo y no sueño, cadáver despierto,
del ser y la nada parodia infeliz.

Al cielo pregunto con ansia indecible:
¿los mártires suben de Dios al dosel?
El cielo se calla y un eco terrible
me dice: ¡no sueñes... mentira es la fe!

Quien deja la vida de luto y hastío
se vuelve a la nada que de ella salió,
tras esas estrellas no hay más que vacío;
me dice: ¡no sueñes... mentira es la fe! *

El hombre, ese imbécil gusano pequeño,
de orgullo inflamado, se juzga inmortal;
pero es la existencia la sombra del sueño,
del sueño que forja la nada quizá.

Señor, de la duda me asfixia el abismo,
te ruego que mandes a mi alma infeliz
la fe sacrosanta o el negro ateísmo.
Negar es creer... dudar es sufrir.

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