(Clasificación A // Rated A)
«Cada vivir ha de tener su espacio,
su dolor y su fiebre,
su ramo de congojas.
No debemos robar aires ajenos
ni pisarles la sombra que les
duele,
más bien dejar que pasen
y en su mano poner en flor abierta
nuestros dedos
para sembrar la paz en los rastrojos:
unánimes al canto y a la pena.
Dejemos respirar y respiremos,
y así cada respiro tenga un hueco
y una estancia feliz donde posarse.
Entonces ya podremos perdonarnos
la inconsolable culpa de estar
vivos.»
Antonia Álvarez Álvarez, poetisa española, filóloga romántica, escritora premiada, colaboradora habitual de la Asociación Canal Literatura, autora de La raíz de la luz y La mirada del aire. En este inmundo día, para el karaoke literario con temática bélica, compartimos de ella un gran poema casi lexicográfico, casi expositivo, casi explosivo, casi mortal.
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