.el abc de la estupidez (publicado el 1º de marzo del 2016) es un texto sumamente inútil e inservible. Podría no existir y eso no afectaría el curso de la historia humana; o bien, podría sí existir y eso afectaría mucho menos. Como hablara Joaquín Mortiz del libro Movimiento perpetuo de Augusto Monterroso, éste es “uno de los pocos libros declaradamente prescindibles de todos los tiempos”.
Puede leer y descargar el texto totalmente gratis en el siguiente link: .el abc de la estupidez
P L A G I O S es el texto que sucede a .el abc de la estupidez y fue publicado el 29 de septiembre del año 128 d. H. (después de Hitler). Este texto es un himno, un homenaje, a los grandes autores pilares tanto de mi lectura ―y, por consiguiente, de mi escritura― como de mi ideología literaria. ¡Gloria y loor a mis maestros! Aunque no estoy a la altura de tan brillantes hombres, siempre puedo rendirles tributo y gratificación. ¿Y qué mejor forma de hacerlo que un gran cínico y descarado plagio?
HuMoRaLeJaS . . .(publicado en 2018) está más bueno, aunque también más inútil y menos simple. Este texto da evidencia del talento evolutivo humano para hacer complejas maravillas a partir de los absurdos más huecos. Si ya leyó los dos primeros libros, no lea éste; si no los ha leído, tampoco.
Link para leer y descargar el texto (aunque siempre puede ignorarlo a voluntad): HuMoRaLeJaS
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December 29, 2019
Poemones
December 11, 2019
3 poemas de Lilitt Tagle
3 poemas de Saúl Ibargoyen
December 10, 2019
Para este fin de año
3 poemas de Jeanne Karen
November 29, 2019
Ángel Trejo se ha ganado mi atención
November 23, 2019
II Encuentro de Poesía en Milpa Alta
November 18, 2019
November 08, 2019
FILIJ 2019
November 04, 2019
Algunas recomendaciones
Ayari Luders (1988 - 2019)
Escribir por si acaso,
por si una noche, ésta,
la vida me huye en sangre,
por si el aliento se acaba
en un grito mortal
y por si una noche, ésta,
vuelvo a casa en noticia,
en periódico alarmista,
en lista de desaparecidos,
por si me callan los ecos
de una bala mordaza.
Que me quede la poesía
sobre todos los muros,
que las palabras sean grieta.
Escribir por si acaso,
por si una noche, ésta.
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Me dicen loca
NM de la Rosa
Me dicen loca
porque de la vida noción no tengo,
porque vivo en los segundos que no existen,
en las horas perdidas en mi mente
donde el tiempo no vive.
Me dicen loca
porque cada noche platico con la luna;
con ella desboco mis desvelos
sin medida, atadura o convicciones;
tan solo ella conoce la desnudez de mi alma.
Me dicen loca...
Locura que a mis manos guía,
que expresan los sentires sin pensamientos represores,
un mundo donde no hay un fin
y el inicio lo perdió la cordura.
No me importa que me llamen loca
si el sentir se pega entre mis huesos
a mi cuerpo que aún siente
a pesar de estar en un rincón,
que vive de sueños pasajeros
porque en cada andén se resbalan de mis manos.
Me dicen loca
porque hice de la soledad
mi amiga... mi amante... mi novia...
y cabalga en mis añoranzas perdidas
entre besos nunca dados,
caricias no brindadas,
fantasmas de cuerpos no vividos.
Me llaman loca
porque voy contra corriente
sin dejarme arrastrar por lo mundano,
inmersa en los laberintos de mi mente perdida,
huyendo de esta vida que sólo tormentos me ha dado.
Loca...
Vida, entre más te conozco
más pierdo la cordura
y se siente tan bien vivir en la locura
donde encuentro motivos para vivir.
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Horas Negras
Antonio Plaza
Coplero a quien inspira el desencanto,
trovador sin futuro y sin amores,
sobre la tumba de mis sueños canto
al colocar mi búcaro de flores.
Odia el mundo mi canto descreído,
el estigma social tiznó mi frente...
cárabo del dolor, cada gemido
me concita el sarcasmo de la gente.
Sin luz el alma la ilusión desdeña,
el pesar no la irrita ni la abate,
y ni la frente envejecida sueña,
y ni el leproso corazón me late.
Repugna a todos mi fatal delirio,
repelen todos mi sufrir eterno,
que brilla en mi aureola de martirio
la fatídica flama del infierno.
Devorado por negra pesadumbre,
lanzo en vez de sollozos carcajadas
porque de infame crápula en la lumbre
arrojé mis creencias adoradas.
En aras de la fe vertí mi llanto;
perdida ya la fe, busqué la orgía
pero el vicio acreció mi desencanto.
Y el vicio, la virtud, todo me hastía.
A mi gastado corazón de lodo
nada, en fin, es capaz de conmoverlo;
y perezoso, indiferente a todo,
no puede ser feliz... ni quiero serlo.
Mi vida ha sido decepción horrible,
el mundo sin piedad ha envenenado
mi corazón que, un tiempo tan sensible,
no sufre al encontrar un desgraciado.
Y, si me duelo del dolor ajeno,
mi risa burla ese dolor profundo;
que, si a mi corazón queda algo bueno,
me da vergüenza que lo sepa el mundo.
Cuando la pena torturó mi vida,
la cruda pena la insulté yo mismo,
porque soberbio disfracé la herida
con el torpe descaro del cinismo.
En el albor de juventud sensible
amaba todo porque fui creyente,
yo deliré buscando lo imposible
y de mentiras se pobló mi frente.
Yo combatí con ánimo esforzado
contra la saña de mi suerte adversa
pero en la lucha, atleta fatigado,
sentí agotarse mi gigante fuerza.
Me presentó pensiles engañosos
en su espejo ese mundo fementido,
cual presenta cambiantes primorosos
débil burbuja en su cristal fingido.
Yo también la ilusión vestí de gala,
del placer en los cármenes risueños;
yo también de Jacob fijé la escala
para subir al mundo de los sueños.
Soñé con la virtud cándidos lirios
y quise, necio, de ilusión beodo,
subir a la región de los delirios
pero al querer subir caí en el lodo.
Yo rebusqué sediento de placeres
de amistad y de amor las emociones,
y turbas mil de amigos y mujeres
vinieron a matar mis afecciones.
Al ver mis sentimientos chasqueados,
burlé yo mismo mi amoroso empeño
y ya no alcé castillos encantados
sobre la base efímera del sueño.
De mi pobre ilusión asesinada
los restos profanó mi ánima impía
porque el cadáver de mi fe burlada
alumbré con las luces de la orgía.
Y di culto a ese mundo estrafalario,
y en mi gastada juventud inquieta,
vestido de arlequín, subí al calvario
y empapé con mi llanto la careta.
En irritantes goces crapulosos,
escarneciendo mi penar ingente,
hice cabriolas y tragué sollozos,
y lleno de ira divertí a la gente.
Mas, penitente ya, sufro callando
y, consumido de letal tristeza,
por la vía dolorosa voy cargando
la ridícula cruz de mi pobreza.
Histrión a quien el mundo no perdona,
héroe de carnaval, mártir maldito,
un birrete de loco es mi corona
y por túnica llevo un sambenito.
Y nutrido de negras decepciones,
avergonzado en mi vejez, reniego
del enjambre de locas ilusiones
que acarició mi juventud de fuego.
Ilusiones brillantes halagaban
a mi edad juvenil que yo maldigo,
y sediento de gloria me agitaban
sueños de rey en lecho de mendigo.
Soñé en la gloria con delirio tanto,
fue tal la audacia de la mente loca
que la gloria de Dios, único y santo,
a mi osada ambición pareció poca.
Mas Dios abate mi soberbia rara
y encuentro justa la expiación severa;
pues, si la gloria que soñé alcanzara,
Satanás vencedor acaso fuera.
Fue mi sueño una ráfaga ilusoria,
no existe ese laurel que busqué loco;
pues para darme mi imposible gloria
el orbe es nada, lo infinito poco.
Para pedir la gloria que yo anhelo
es débil, impotente, la palabra;
y desván estorboso encuentro el cielo
do el pensamiento audaz se descalabra.
Ya no me importa mi dolor presente,
ya no me importa mi dolor pasado,
el porvenir lo espero indiferente...
lo mismo es ser feliz que desgraciado.
Sólo ambiciono de fastidio yerto,
cansado ya de perdurable guerra,
el acostarme en mi cajón de muerto,
dormir en paz debajo de la tierra.