(Clasificación C // Rated C)
Remember people are not reading you as entertainment,
they’re reading you as cultural commentary.
Chimamanda Ngozi Adichie
Si alguien considera que somos amigos,
le pido me lo haga saber cuanto antes. He tenido muchos cuates, vales, compas,
brothers, carnales, camaradas, valedores, y a muchos también los he llamado
amigos. He tenido amigos ―espero―, por supuesto que los he tenido. El problema
es que no sé distinguir cuando ambos estamos en la relación. Es una cosa así,
por poner un ejemplo, como cuando le sueltas un “te amo” a tu pareja de
veinteañero y parece que fue un error porque ella no lo dice pues parece que no
te ama y eso te hace dudar porque igual y tú tampoco pero lo dijiste por la
euforia hormonal de los besos y las caricias en el complejo orden constructivo
de la juventud. A partir de entonces, siempre dudas en decirle a alguien un “te
amo” porque tal vez y no es cierto puesto que nada más lo dices por decir.
Si
alguien considera que somos enemigos, le ruego me lo haga saber cuanto antes.
Jamás he tenido enemigos, y en verdad espero que me equivoque. El problema es
que no sé distinguir cuando ambos estamos en la relación. Es algo así, por
poner un ejemplo, como cuando le gritas un “te odio” a tu madre y parece que
fue un error porque ella a pesar de tus palabras y tu actitud parece que te ama
y lo seguirá haciendo y entonces dudas de lo que dijiste porque tal vez tú también
la amas pero lo dijiste por la rabieta del momento. A partir de entonces, siempre
dudas en decirle a alguien un “te odio” porque tal vez y no es cierto puesto
que nada más lo dices por decir.
He
leído varios libros de superación personal, he leído muchos libros infantiles,
algunas fábulas también, he hablado con expertos, psicólogos, sociólogos,
filósofos, conozco la etimología, lo he visto en películas y en novelones desde
el Quijote hasta el Harry Potter, incluso mis amigos me han dicho que son mis
amigos y yo le he dicho a mis enemigos que son mis enemigos, pero quisiera por
una vez en mi vida mirar a alguien de frente y decirle que es mi amigo, sin
dudar de lo que diré, decirlo porque lo sé, porque lo siento; quisiera por una
vez en la vida que alguien me mirase de frente y me dijese que soy su enemigo,
sin dudar de lo que habrá de decir, que lo dijera porque lo supiese, porque así
lo sintiese.
La
duda es el peor de los tormentos. No tener enemigos y quererlos tener resulta
tan catastrófico como tener amigos y no quererlos tener. Según los libros, mis
amigos son de esos amigos muy buenos; y, también según esos mismos libros, yo
soy un muy buen enemigo. El problema es que yo soy un fiasco para ser amigo de
alguien, así como cualquier otra persona es un fiasco para ser mi enemigo.
Lo
peor es que, a pesar de todo el esfuerzo invertido, aún conservo algunos amigos
y todavía no encuentro ningún enemigo. Sí, hay personas que me odian, pero eso
no los convierte en mis enemigos, porque tampoco el amor que algunas personas
sienten por mí los ha convertido en mis amigos. Y, ya que el odio es
cuestionable en todos sus niveles, podemos comenzar a cuestionar el amor que
sientes hacia tu madre, tus hijos, tu esposa, tus hermanos, et cetera. No vaya
a ser que todo ese amor sólo lo sientas por sentir.
P. D.: Todo esto que digo no sólo es
aplicable a los individuos, sino también a las naciones.
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