(Clasificación A // Rated A)
No soy muy adepto a las fotografías —ni siquiera a las
magníficas, posmodernas y revolucionarias selfies.
El menjurje que resulta de licuar mi infrautoestima (porque autoestima no
tengo), mi nada conveniente antinarcisismo (porque narcisismo tampoco tengo) y
mi alma miserable de poeta autodespreciado (si es que tuviere algún alma que
licuar) me impide apreciar un retrato de mi cuerpo; soy de esos que siempre
cree que se ve más feo, más gordo y más ridículo en una foto que en la vida
real… Aunque tal vez también en vivo soy ese mismo ser repugnante. Puedo ver
sin problema el retrato de mi mente —en mis textos— o el retrato de mi corazón —en
mis acciones y sus consecuencias— pero mi cuerpo me resulta desagradable y nada
interesante, además de insustancial. Ni los espejos ni las fotografías me
brindan placer alguno. Sin embargo, por respeto y agradecimiento a Michael
Castillo, comparto algunas de las fotografías que hizo durante el recital poético
musical que presenté junto a Lorenzo Partida en el Corredor Cultural del
Tianguis del Chopo los sábados 9 y 16 de febrero (2019). En sentido humano —y
ya sin atender a mis elucubraciones impertinentes—, es un honor haber estado
bajo la lente de M. Castillo; por su trayectoria y su labor, no cualquiera se
gana tal beneficio.
Michael
Castillo —hay que mencionarlo— es un fotógrafo dedicado a difundir el arte, la
cultura, y demás expresiones sociales en torno al rock. He aquí su correo electrónico para
contactarlo directamente: michael6castillo@hotmail.com o también a través de la
página Castillo del Infierno en facebook.
Que muchacho tan inspirado.
ReplyDelete