(Clasificación A // Rated A)
Alegoría
Las páginas
púrpuras del asesino:
del cadáver
deleitándose,
observando con
dedicación, poseso,
la redención
de su alma cacareada.
Él rompió la
forma de los diamantes
cuando él era
un atún
y saltaba
sobre el agua ardiente.
Alegoría…
La
constelación yace en la bóveda,
el contacto
con el vacío tatuó dedos.
Pero prometió:
«voy a seguir matando
en verde y
rojo intenso».
Agitado, el
beso cortado.
La realidad no
tiene puertas.
Los números en
rosa pálido,
el aro noble
cuelga de las orejas.
— — — — — — — —
Debajo de los cielos púrpura
Un sueño
cubierto de tinieblas,
una insomne
maldición nocturna,
pillaje e
infección vacilan
debajo de los
cielos púrpura.
Dentro del más
miserable silencio
las terribles
formas de locura,
frías
emociones de jorobados…
Tus ojos están
llorando desilusión.
Regiones de la
vida empaladas,
nuestra hambre
y dolor en exhibición,
la silueta del
apetito hincada,
sangriento
penar y postración.
La mentira
espera insolente
con toda la
soledad alrededor,
el
aniquilamiento que existe
debajo de los
cielos púrpura.
— — — — — — — —
De rodillas en la suciedad
Incapaz de
crecer,
sangrante y de
rodillas,
escasamente
inteligente.
Desgraciado y
débil,
inútil como
una oración
para el dolor
más delicado.
Toda esperanza
es vana;
perdido y en
desorden,
abortado por
el caño,
decepcionado
del mundo.
Ancló tu vida
hasta lo bajo
como una
cadena deforme,
junto a ti la
humanidad
muere también
inexorable.
La razón yace
empalada
por estéril y
por permitir
el crimen y
violación,
un desastre
que amenaza
nunca acabar.
— — — — — — — —
Santísimo sufrimiento
Sensaciones de
tristeza
me atormentan
desde tu cruz.
Yo no acepto
más tu dolor,
cubierto en tu
mística luz.
Tu pena se
apoderó de mí
cuando fuiste
colgado
en medio de
dos rufianes
sólo para ser
asesinado.
Tu sacrificio
es mi esclavitud
y tu imagen
una fijación.
Sólo he
aprendido de ti
a malgastar mi
compasión.
Tu corona de
espinas
debilita mi
cordura,
bañada en tu
divina sangre,
me conduce a
la locura.
Incesante
desde tu cruz,
yo percibo tu
sufrimiento.
Has sido
clavado y torturado
por convenio
del firmamento.
Tu cadáver se
vuelve polvo
y yo sólo veo
tu derrota.
En la
esperanza de tu regreso,
la decepción
en mi corazón explota.
— — — — — — — —
El placer más alto
La noche
seduce en silencio
y los deseos
vienen a mí,
anhelos de
poseerte eternamente,
deslizarme en
tu sedosa saliva
con el fuego
de mi ansiedad
donde naufrago
entre tus olas
y mi único
pensamiento:
tus labios que
no escapan al deseo.
Las sombras
comienzan a caer
mostrando
secretos a la imaginación;
en la
intensidad de mi lujuria
mórbidos
anhelos brotan incesantes.
Lentamente
bajo hasta el infinito
de tu tersa triangularidad.
Cada
centímetro un diálogo
cubriéndonos
de luz.
Intensa pasión
arde
como las
flamas del infierno,
besando cada
protuberancia.
La noche se
entrega al día,
perdiéndose en
sus muslos
cuando el
sabor salino sabe dulce;
provocación
seductora y sensual,
abrazados
batiendo caderas.
¡Alto! Eres el
placer más alto…
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